Nada más tenemos que presentarnos y aceptarlo. Nosotros no somos los niños bonitos del speedball. Somos los antihéroes del mainstream.
No nos verán en posters o videos deslizándonos en bunkers con nombres como “cans” o “snakes”, y estamos agusto con eso. El juego verdadero no esta abrillantado, acicalado y pulido o hecho para la TV. Es abajo y sucio, literalmente en las trincheras.
Nuestros campos no son prados bien cuidados; es terreno que ambos equipos tienen que conquistar. No nos quejamos acerca de la arena y la mugre o de campos que son disparejos, es parte del mundo en el que jugamos. Raspones y abolladuras en en nuestro equipo son mostrados con orgullo, y podemos decir donde sucedieron y que tan hondo en el barro estábamos cuando los conseguimos. Somos las raíces del juego que han sido abandonadas por mucha de la industria principal.
No hacemos a un lado de donde venimos para hacer el juego más disfrutable para la audiencia. Si nadie ve lo que hacemos no hace que el esfuerzo o su resultado valga menos. Manejamos por caminos secundarios a campos que nadie mas que nosotros conocemos. Sabemos que hemos llegado cuando perdemos nuestra estación de radio favorita y nuestros teléfonos celulares ya no funcionan. Jugamos debajo del radar de los medios sin ninguna recompensa más que los derechos de presumir porque queremos jugar.No hay premios, ni cheques de un millón de dólares, pero eso no hace que nuestra tenacidad para ganar sea menos fiera ni nuestros juegos menos importantes para nosotros. Nuestro uniforme elegido es el camuflaje, no porque queramos ser militares si no porque funciona. Usamos nuestra ropa como una parte de nuestro juego, algo que elude a muchos “especialistas de tiroteos” que solo juegan juegos de cancha.
La marcadora es solo una de las herramientas de un jugador bien preparado, no su única herramienta. Sabemos esto; ya que usamos todas las habilidades y herramientas que tenemos cada fin de semana. Basándose solo en nuestra ropa, nuestro equipo y donde escogemos jugar, nos miran como jugadores inferiores.
Nos han dicho que nunca tendríamos una oportunidad en un “juego verdadero” de paintball. Entendemos su juego de campo, y aún así se rehúsan a entender nuestro juego de bosque? No somos melancólicos de un juego hace mucho muerto. Sí, somos historia viva, pero hemos evolucionado. Honramos nuestras raíces, pero no las abandonamos para seguir la siguiente “promesa” del paintball. Mucho después de que el juego de moda en cancha se haya agotado, seguiremos jugando en el bosque. Conocer el pasado es controlar nuestro futuro, y abrazamos ambos.Nos dicen que debemos de abandonar el bosque, por el bien del “futuro del juego”. Nuestra presencia amenaza a aquellos que nunca han, y probablemente nunca entenderán, cuales son los orígenes del paintball. Ellos creen que asustaremos a los medios por parecer “miembros de la milicia”. No que las peleas a puñetazos y el hacer trampa descaradamente atraiga mejor atención de los medios hacia sus juegos. Ni que términos como “Ingeniería de rebote” o “Tecnología de Rampeo” signifique algo a las verdaderas raíces del paintball, o lo que debería de ser.
Están los jugadores de Arena asustados de nosotros o avergonzados porque les recordamos lo que deberían de ser?Nosotros somos jugadores de woodsball. Cualquier fin de semana estaremos jugando nuestro juego apoyándonos en el pasado y viendo nuestro futuro. Jugadores que no entienden van y vienen, esto lo sabemos. Ellos pueden jugar bajo luces brillantes y enfrente de audiencias y pretender ser estrellas de rock todo lo que quieran. Nosotros estaremos en el bosque muchos años después de que se retiren, jugando el juego de paintball como siempre se ha jugado, con honor, con integridad y con amigos. El 90% de nosotros.
Autor: Un Gringo Desconocido
© 2005 Panther Free Press
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